Con un Manchester flojo en el medio campo y torpe en la defensa, el once local se puso por delante en la primera mitad, en una jugada que marcó el desarrolló del encuentro (m.18). Un penalti cometido por mano de Paul Scholes al intentar evitar un gol, que supuso la expulsión del centrocampista de los 'red devils' y propició la pena máxima ejecutada con acierto por el capitán Danny Murphy. Pero hubo más ocasiones para los 'cottagers', que malgastaron en este primer tiempo otras dos buenísimas ocasiones de haber aumentado su ventaja, con disparos de Bobby Zamora, en el minuto 27, y dos minutos después, del estadounidense Clint Dempsey, que detuvo el meta holandés Edwin van der Saar.
Gera puso la sentencia
El Manchester no sólo no logró igualar en el segundo tiempo, sino que, en pleno asedio de la meta rival, se vio sorprendido por un contragolpe que supuso el segundo gol del Fulham, con un acrobático remate del medio húngaro Zoltan Gera (m.87). Acto seguido, Rooney se ganó la segunda tarjeta amarilla tras lanzar un balón contra el colegiado del encuentro. Además, al ver la cartulina roja amenazó al árbitro con el dedo índice. El United acabó, incluso, ridiculizado por la afición local que jaleó cada acción de los suyos.