Dolores Aveiro.
"Los responsables médicos del Sporting me alertaron de lo que sucedía y rápidamente me trasladé a Lisboa para tomar una decisión. Firmé varios papeles y autoricé que fuese ingresado en el hospital", recordó la madre de Cristiano, quien entonces debió someterse a una serie de pruebas para determinar la gravedad de la anomalía. "Antes de saber exactamente lo que tenía, temíamos seriamente que tuviese que dejar el fútbol".
Las peores hipótesis no se cumplieron y la taquicardia fue más sencilla de lo previsto. "Los médicos usaron una especie de láser para cauterizar la fuente del problema. Cristiano fue operado por la mañana y salió a última hora de la tarde. El tratamiento funcionó y a los pocos días él estaba entrenando de nuevo".
"Cristiano no estaba demasiado preocupado porque no se tomó el problema en serio, pero yo sí pase mucho miedo". Ahora, en cambio, hasta bromea sobre lo que pasó. "Parece que el tratamiento le hizo correr todavía más rápido".